Así como en los páramos las pequeñas gotas de agua
forman los grandes ríos y afluentes, igualmente los estudiantes de colegios y
universidades de Bucaramanga forman grandes movimientos.
Para lograr la movilización sólo bastan unas gotas
de conciencia sobre la importancia del recurso hídrico para todos los seres
humanos.
La oposición de los estudiantes frente a la
presencia de las transnacionales mineras en el páramo de Santurbán es más clara
que el agua: “El oro nunca podrá reemplazar la vida”.
La explotación minera no solo afecta las zonas
donde se extrae el oro, sino que afecta directamente a todo el páramo de
Santurbán y por lo tanto pone en riesgo los vegetales, los animales y seres
humanos debido a que la explotación transforma radicalmente el paisaje,
causando contaminación y daños en el agua, el aire, la flora, la fauna y el
microclima.
Gracias a las 35 lagunas, sus múltiples quebradas y
los ríos de Vetas, Suratá y Charta que nacen en el páramo, se provee agua
potable a 20 municipios en Santander y Norte de Santander. Sólo 12.267
hectáreas están protegidas bajo la figura de Parque Natural Regional, lo que
permite que únicamente el 8.17% del páramo deje de ser tocado por el hombre.
Esto claramente no es suficiente para preservar los recursos naturales, ya que
al ser un ecosistema tan frágil cualquier explotación minera en zonas no
protegidas afecta la totalidad del páramo.
Tener conocimiento de las secuelas ambientales de
la explotación minera, tal vez no garantice que los estudiantes participen del
activismo ecológico pero las marchas son un mecanismo de
presión que suele dar buenos resultados. Se debe seguir protegiendo al páramo
de Santurbán y con él la vida de millones de seres vivos, ya que las
leyes parecen ser flexibles.
El estado protege y regula los parámetros para la
explotación de los recursos naturales bajo el código de minas en el capítulo 20
de la ley 685 de 2001en él se dictan ciertos parámetros en los cuales quedan
muchos vacíos que pueden ser fácilmente usados por las transnacionales para
sacar el mejor provecho sin medir el daño o impacto ecológico que esta
explotación pueda tener, por ejemplo la ley establece
que “Se otorgará o negará de forma privativa la entrega de licencias
ambientales para diversos proyectos” pero esta norma no excluye las reservas
naturales.
Además las transnacionales cuentan con la autonomía
de considerar cuanto se puede aprovechar del sitio de explotación. Esta
posición condescendiente del gobierno puede ser la más nociva ambientalmente
hablando puesto que estas empresas responden a un modelo económico que no mide
límites al momento de explotar cualquier recurso en cuanto le permita tener un
alto nivel de competitividad.
Se contempla la propuesta de excluir cualquier tipo
de actividad que implique explotar el páramo en su totalidad pero habría que
examinar si existen alternativas de explotación que no lo contaminen, quizás
esto podría dar respuesta a la economía de los habitantes de los municipios
aledaños, quienes utilizan la pequeña minería y la minería artesanal como modo
de sustento.